A pesar de los “ventarrones”, la situación del estado ante la creciente contaminación ha empeorado y el gobierno sigue sin tomar precauciones.


El límite de PM10 permitido por la OMS es de 70 microgramos por metro cúbico; sin embargo, las cifras registradas la noche de 12 de enero después de los vientos de 75 km/h en el estado alcanzaron hasta los 486 PM10, considerado como una calidad de aire “extremadamente mala”, ¿entonces por qué la administración del estado no alertó sobre la situación?

En Nuevo León las crisis no dejan de crecer y la que corresponde al daño ambiental parece quedar en el completo olvido por las autoridades. Las medidas que el estado debió tomar corresponden directamente a las emisiones de las industrias y empresas, las cuales deben reducirse o suspender sus actividades hasta que se haya reportado una mejora en la calidad de aire.

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